Recientemente se inauguró la nueva galería de arte contemporáneo IK LAB. Se trata de un proyecto artístico y cultural inspirado en la arquitectura orgánica e imaginativa y creado por el arquitecto Eduardo Neira. Este espacio se localiza en Tulum, en la península de Yucatán, y promete ser un lugar que pone en escena la esencia de la naturaleza y su patrimonio espiritual, redefiniendo la relación entre el arte y el medio que la rodea.
En palabras de su creador, la intención principal de este proyecto fue crear un espacio único en el que el arte y la naturaleza lograran coexistir a partir de un diseño que parte de tres conceptos principales: el respeto a la naturaleza y sus habitantes, el uso de materiales y técnicas locales y, por último, la desestabilización del visitante.
En el primer caso, la galería fue construida sobre palafitos que elevan la construcción del suelo permitiendo que los animales pasen por debajo de la galería. El objetivo fue construir alrededor de la naturaleza, preservando los árboles en el terreno. Respecto al uso de materiales y técnicas, se usó bejuco, una liana abundante de la jungla que los artesanos mayas colocan con técnicas propias de la zona. También se usó un material con apariencia de concreto, permitiendo un contraste único en las texturas y tonos naturales de los materiales empleados.
Por último, Neira refiere que buscó alterar algunos sentidos básicos del visitante como el equilibrio, esto a partir de elementos como el suelo disparejo que sigue la forma natural del terreno debajo, paredes y techos no rectos que invitan a observar el espacio en su totalidad desde la parte más baja hasta la más alta sin pasar desapercibidos los detalles y la labor artesanal con que el espacio fue construido.
Ink Lab se convierte, entonces, en un espacio con sensibilidad y creatividad en el que las formas fluyen junto a la imaginación, en donde la vegetación, la luz, la forma y el contraste permiten una exposición más versátil y sensible para el artista y el observador.